viernes, 23 de noviembre de 2012

Capítulo 1


‘Buenos días princesa, he soñado toda la noche contigo, íbamos al cine, y tu llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto. Solo pienso en ti, princesa, pienso siempre en ti, y ahora….’
-¡Lucas apaga eso! –grita su madre desde el pasillo.
Lucas se levanta de la cama. Las siete. Aun le queda tiempo para darse una ducha. Abre el armario. Saca unos vaqueros negros gastados y una camiseta negra con dibujos. Cierra el armario. Abre uno de los cajones que hay debajo. Saca unos calcetines, un bóxer de Calvin Klein y vuelve a cerrar el cajón. Sale de la habitación con la ropa en la mano. En ropa interior. Con su torso al descubierto. Se dirige al baño cuando de repente oye un ruido.
-¡Tía, tu hermano como está! –dice una voz desde el otro lado del pasillo.
El chico ríe. Su hermana y su amiga. ¿Cómo se llamaba? Esto Laura, Lydia, um….Lucía. Sí, eso. Lucía. Vaya par de enanas. ¡Y pensar que tendrá que aguantarlas este curso en el instituto! Lucía se habrá quedado a dormir en su casa….Como ayer ni siquiera fue a cenar. Continúa su camino hacia el baño. Abre la puerta y pone el pestillo. ‘Por si las moscas’ piensa sonriendo pícaramente. Se mira al espejo. Su pelo ha crecido desde principios de verano. Le queda bien largo. Abre el grifo y se lava la cara. Se desnuda y abre el grifo de la ducha. Se mete en la ducha. Cierra la cortina y deja el agua caliente atravesar su pelo negro y caer lentamente por su espalda. Unos minutos después sale de la ducha, se seca y se viste. Una vez vestido vuelve a mirarse al espejo y seca su pelo negro con la toalla. Guiña un ojo al espejo, sonríe y sale del cuarto de baño. Hoy será un buen día. ‘Kiss You’ suena desde la habitación de su hermana pequeña. Tiene la música tan alta que retumba en toda la casa. Las dos chicas intentan imitar al grupo británico cantando en un inglés inventado. Lucas se acerca a la puerta de la habitación de su hermana.
-No sabía que bailarais también –dice el chico riendo apoyado en el marco de la puerta.
-Belén, ¿por qué no me avisaste de que tu hermano estaba mirándonos? –pregunta Lucía algo ruborizada.
-No lo sabía –contesta la chica riendo.
-Venga, vamos a desayunar anda, que mamá se va a enfadar –dice el chico mirando a su hermana –y tú también que ya verás cómo se entere tu madre de que andas descalza por casa, anda cálzate –añade mirando a Lucía.
-Sí, papa dos –contesta Belén sacando la lengua a su hermano.
-Yo que vosotras empezaba a correr hacia la cocina.
Lucía se calza rápidamente y echa a correr junto a Belén hacia la cocina. Lucas ríe moviendo la cabeza de un lado a otro. Cierra la puerta de la habitación y camina hacia la cocina. Tiene que desayunar, ayer no cenó y tiene el estómago vacío. Si va a clase con el estómago vacío lo más posible es que se desmaye. Además, debe ir con energía el primer día. Miles de pensamientos rondan por su cabeza mientras desayuna, las dos chicas debaten que miembro de ‘One Direction’ es más guapo.
-Louis Tomlinson es el más guapo –dice Lucía.
-Que va, Liam Payne está mucho más bueno, yo le haría padre –contesta Belén.
Lucas al oír lo que acaba de decir su hermana delante de su madre, escupe el sorbo de café que acababa de tomar y comienza a reírse. ¿De verdad su hermana acaba de decir eso? 
-Hija por favor, ni se te ocurra decir eso en clase –añade su madre también riéndose.
-Rosa, su hija tiene cada cosa… -contesta la otra chica riendo.
-Cállate –replica la chica ofendida a su amiga.
Ha sido una buena manera de empezar el día. Reírse de las tonterías de su hermana es algo que alegra el día a cualquiera. Hacía tiempo que no soltaba una así. Suerte que su padre no estaba en casa. El chico da un último sorbo a su café, coloca la taza en el fregadero y vuelve a sonreír a su madre, esta vez con los labios manchados. Rosa le devuelve la sonrisa y le señala los labios para que se limpie. El chico se limpia y va al cuarto de baño a peinarse y lavarse la cara. Habrá que ir algo presentable el primer día ¿no?


Habitación verde claro. Marta se mira al espejo. Aún tiene cara de dormida. Se acaba de despertar. Va al baño. Se lava y se dirige a la cocina. Su padre está sentado en una de las sillas de la cocina tomando un café y leyendo el periódico. Tiene un traje puesto. Listo para ir a trabajar.
-¡Buenos días, papá!
-¡Buenos días, pequeña! –contesta el hombre sirviéndole una taza de café con leche.
Marta se acerca a su padre. Le da un beso en la mejilla y se sienta a su lado. Coge una cuchara y se sirve azúcar en la taza de café. Una. Dos. Y…tres. Como siempre.
-Mamá ya ha ido a trabajar ¿no?
-Sí, hija. Hoy te llevare yo al instituto. Porque es tu primer día ¿vale?
La chica asiente. El hombre pasa un par de páginas del periódico y Marta da un par de sorbos al café.
-Vale papá, voy a vestirme –dice tomando el último trago de su café.
Marta se levanta. Sale de la cocina y camina hasta su cuarto. Cierra la puerta y abre el armario. Se decide por una camiseta de tirantes negra, unos pantalones cortos blancos y una camisa vaquera. Se pone unas Converse a juego con la camisa. Se acerca al espejo, al lado de la puerta de su habitación. Se peina, se maquilla un poco y coge la mochila. Las ocho. En media hora entra en clase. Tiene que darse prisa. Su padre la espera en la puerta de casa.
-¿No vas un poco desabrigada, hija?
-No papá, estoy bien, no tengo frío. Vamos. Que llegaré tarde.



Olor a café. Aida coge una tortita del plato de su hermano. Dani aún no ha bajado de su cuarto. Se está preparando para ir a clase.
-Aida, no le robes las tortitas a tu hermano.
-Vale, mamá –dice dándole el último bocado a la tortita recién robada.
Da un sorbo al café. Su hermano entra en la cocina y tira la mochila en el suelo al lado de la puerta. Viste unos vaqueros, una camiseta blanca y una camisa de cuadros por encima. Aida se atraganta al verlo y casi escupe el café.
-Dani, vamos al instituto, no a un pase de modelos –dice riendo.
Un olor llega a las narices de ambas. Colonia.
-Hijo, ¿Cuánta colonia te has echado? –pregunta su madre.
-Poca –afirma el joven sonriendo.
-Sí, poca es medio bote ¿no? –contesta su hermana riendo.
-Venga Aida, deja de reírte de tu hermano y daos prisa que no vais a llegar a tiempo- advierte María.
-Sí, mamá –contestan ambos a la vez.
Dani da un bocado a la única tortita que le ha dejado su hermana. Se toma el café, ya medio frío y recoge su mochila del suelo. Aida sube a su habitación. Coge su móvil y le manda un mensaje a su mejor amiga. ‘Que nervios’ teclea. Enviar. Dani abre la puerta de casa. Aida baja las escaleras y salen juntos. Recorren una calle recta. Cruzan un paso de peatones. Giran a mano derecha. A mano izquierda. Una recta final…y llegan al instituto. Entran al recinto. Bip Bip. Un mensaje llega al móvil de Aida. Es de Sandra. Lo lee. Fija la mirada en el móvil sin importarle lo de alrededor. No se da cuenta de que un coche pasa justo a su lado y casi la atropella. La chica asustada se echa hacia atrás y cae al suelo. Una vez más se libra por los pelos…
-Joder Aida, cuantas veces te he dicho que no camines mirando al móvil ¿Estás bien?

jueves, 12 de julio de 2012

Prólogo

Noche tranquila, cielo azul. Un olor a pizza entra por la puerta de la habitación. Aida está tumbada en la cama con su portátil encima de las piernas. Entra en Tuenti. Tiene tres notificaciones. Un mensaje de su prima mayor dándole ánimos para su primer día de instituto. Tranquilizándola. O al menos, intentándolo. Dos comentarios en fotos. Una de ella y su hermano Dani, que sale haciendo el tonto, como siempre. Y la otra es de las vacaciones. Con sus amigas en la playa. Una playa que no volverá a ver por mucho tiempo. Puesto que hace un par de semanas se ha mudado a Madrid. Una ventanita se abre en la esquina inferior izquierda de la pantalla. Sandra. Su mejor amiga. La loca de la pandilla. La que le hacía sonreír. La echa de menos. ¿Qué hará ahora sin ella en clase? A tantos kilómetros de distancia. Por suerte, aún le quedan las redes sociales y el teléfono. Sí, mañana si eso la llamará y le contará como le ha ido el primer día. Contesta a su amiga con un simple hola y una cara sonriente. Entra en el reproductor de música y pone 'Hold On Til The Night' de Greyson Chance, sube el volumen de los altavoces y la música retumba en su habitación. Sandra le pregunta por los nervios del primer día. Hablan de los chicos, las chicas, sus antiguos profesores. Y ambas se preguntan cómo serán los nuevos compañeros de Aida.

-Aida, llama a tu hermano y baja a cenar-dice María desde la cocina.
-Ya voy mamá.
Aida se despide de Sandra, quita la música y apaga el portátil. Lo cierra y lo deja encima de la cama. Se dirige a la puerta de la habitación de su hermano. Dani, el mejor hermano que se puede tener. Además de ser su hermano, es como su mejor amigo, una de esas personas que siempre está ahí. O casi siempre. Es un chico increíble, de esos que hay pocos en el mundo. Un solo de guitarra eléctrica se escucha desde el pasillo. Es bueno. Le gusta como toca. Y eso que solo ha ido a clases dos años. Abre la puerta de la habitación y dirige la mirada al chico. Su pelo rubio le tapa la cara, casi no se le ve. El chico la mira divertido con sus ojos verdes, al tiempo que desliza sus dedos por el mástil de la guitarra. Un último slide…
-Guitarrista, dice mamá que bajes a cenar.
-Vale enana –contesta el chico sonriendo.
-De enana nada, que solo me sacas dos años –dice Aida sacando la lengua a su hermano.
-Ya, pero sigues siendo una enana –contesta él burlándose.
Dani posa su guitarra eléctrica encima de la cama y desconecta el amplificador. Su hermana ya ha bajado. Llega a la cocina. Aún la nota rara, poco familiar. Estaba más acostumbrado a la de su antigua casa. Esta es más estilo americano.
-¿Qué hay de cenar? –pregunta acariciándose el pelo.
-Que mal olfato tienes hermanito –dice su hermana riendo.
-Serán los nervios de mañana –interrumpe su padre mirándole.
-¿Nervioso yo? Sí seguro, que chiste –dice riendo.
-Ya verás cómo mañana tiembla como un flan y se le cae todo como pasa siempre que está nervioso –dice Aida sonriendo.
Nadie se lo discute. María saca la pizza del horno y la pone encima de la mesa. La parte en triángulos. Los dos hermanos se abalanzan sobre la pizza y cogen un trozo cada uno. Quema. Pero eso no impide que acaben la pizza rápido. Aida y Dani suben cada uno a su cuarto. Es hora de preparar las cosas para mañana. Aida abre el armario de su habitación mientras recorre las perchas con los ojos una a una. ¿Qué puede ponerse el primer día? Cree que es mejor preparar las cosas de noche, así se ahorra el salir de casa corriendo por pasarse media hora ante el armario decidiendo que ponerse. Hará calor por lo que se decide por unos pantalones cortos fucsias y una camiseta de manga corta que le regalaron para su cumpleaños el año pasado. Y de calzado se llevará sus Vans azules. Otro sólo de guitarra resuena al otro lado de la pared. Su hermano sigue tocando. Aida camina hacia la habitación de Dani sin hacer ruido. El chico sigue tocando, rasgando las cuerdas con delicadeza. Creando música. Poniendo sus sentimientos en cada una de las notas que salen de esas seis cuerdas. Se da cuenta de la presencia de su hermana, le sonríe y deja de tocar.
-¿Qué quieres? –pregunta el chico sonriente.
-Nada, darte las buenas noches. Mañana será un buen día. Ya lo verás.